¿Quién conoce los dos instrumentos que serán utilizados como herramientas en el Plan de Alfabetización  que  inicia hoy?

Por: Bartolo Boyer Otaño

boyeregard@gmail.com

Opinión

Guía del Alfabetizador y la Guía para el Aprendizaje; son los dos nombres de las herramientas que se suponen serán los ejes centrales donde descansaran los posibles logros alcanzados por esta jornadas dispuestas por el primer mandatario de la nación. ¿Pero conoce la opinión pública el contenido de esos manuales educativos? ¿Por qué no fue discutido y debatido en consensos en los medios de comunicación para enriquecer más su contenido ya que es de suma importancia que la población en general  esté al tanto de cuales serán  su rol en el mismo?  Que me garantiza a mí  como un ciudadano analfabeto, que los pasos que utilizarán los facilitadores son los más idóneos para mi educación media.

   En todo proyecto existe la vulnerabilidad  y el asomo del  pro- el contra, pues por especialistas en pedagogías o lingüista miembros de la real academia de la lengua que hayan sido los redactores o editores de esos materiales educativos, no justifica de que su   trabajo  no pueda ser dilucidado y cuestionados en las más altas capacidad de técnicos e intelectuales que ejercen de manera profesional diariamente las enseñanzas del saber.  

   De una cosa sí estoy seguro; al presidente de la república Danilo Medina, de seguro se le escapo, ese punto: Ya que su madurez como líder político, ha dejado ver que es hombre de consenso, y escudriñador en la búsqueda del bienestar y localidad cuando se trata de ofrecer un servicio a la sociedad, que demanda de sus sequitos los mejor de su desempeño como funcionarios.

   El  país ha recibido con el mejor de los agrados la puesta en marcha del Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, pero se tiene que tener en cuenta que todo ese despliegue de materiales y personal humano que estarán  diseminados en todo el territorio nacional tiene un costo y es por esa razón  que se debe estar seguro de que el mensaje y el contenido de esos textos tienen que estar uniforme a la hora de repartir el pan de la enseñanza.