lunes, 3 de junio de 2013

EL RELEVO...



El premio a la lealtad… es el Relevo.   

Por: Bartolo Boyer Otaño
boyeregard@gmail.com



Opinión

Más  temprano  que tarde… todos los partidos políticos deben renovar sus principales eslabones y cambiar las caras de sus representantes protagónicos  en los cargos directivos, para dar signos y connotación de  que  se ejerce la verdadera búsqueda  de la democracia  y  libertad  en el seno   donde  habitan  los más radicales  de  una organizaciones  políticas.
   Es tiempo del relevo.  El relevo es: el reconocimiento y el  respeto  a quienes sustentan la capacidad de esperar;  el extremismo  en cambio es  cancerígeno,  abominable,  propiciador de conflictos internos y causantes de divisiones irreparables, capas de cobrar sus consecuencias en torneos electorales.
   Es fundamental  no esperar  que prescriba;  si ante la vulnerabilidad somos participes de aceptar con honestidad  y carácter el final, de nuestro papel en la funcionalidad del erario público.
    Los fracasos de las primeras República cuando intentábamos la autonomía de independencia y las llamadas anexiones,  se debieron en gran manera al caudillismo imperante en las decisiones de líderes tercos, que fusionaron  su egocentrismo en tiempos y circunstancias que obstaculizaban el desenvolvimiento de iniciativas dirigidas al fortalecimiento de grupos y organizaciones. Seria  bueno recordar el sinnúmero de jefes locales que empezaron  a disputarse  el  poder  y que aún en estos días  no termina de erradicarse por completo el caudillismo.  
    Es propicio hoy  un relevo… para desmembrar viejas practicas dirigidas en dirección retorica  que obedecen  únicamente  al fortalecimiento de estructuras centralizadas en detrimento del sistema democrático y estancamiento del desarrollo del país.  Si sucumbimos en esa dirección y mostramos dobleces  a las pretensiones de ciertos personajes del  accionar político nacional, y dejamos al libre albedrío la  circulación de la vieja práctica “el clientelismo”, entonces  somos participe  de la forma de ejercer la hegemonía  invertida como  parte del trastrueque  en el  cobro de  las prebendas  en su efecto obsequios.
   El presidente Danilo Medina Sánchez, es precisamente  producto de una larga espera para asumir “un relevo”, y  es por eso que él  más que nade sabe que es agotador cuando se trata de ser elegido  para  asumir las responsabilidades  de los cargos públicos en el Estado. En el caso de Medina, fue “una osadía”, pero los resultados no se hicieron  esperar,  pues ha traído consigo  nuevas técnicas y forma de cómo gobernar un país  el cual  el mismo ofrece  parte de los recursos  para manejar  su propia economía, sin distinción ni exclusión de bandería política, ni de inclinarse hacia una clase que predomine en algún segmento de la población.   

¿Dónde está el desarrollo y fortalecimiento de una estructura política?
En el relevo; es encarar los desafíos y conflictos que se presentan en la ejecución de políticas partidarias y políticas públicas, no si antes conocer las directrices de los líderes cabeceras en las distintas organizaciones. El consenso entre dirigentes de diferentes partidos  políticos es en gran manera el objetivo a alcanzar como meta principal, en aras de un bien común. Las organizaciones partidarias y las masas juegan  roles protagónicos en las actividad bienes y servicios, cuando uno de los dos se vuelve holgazán  se asoma el caos, y se pierde parte del camino recorrido  puesto que los requerimientos son a través de la subordinación.