miércoles, 1 de febrero de 2012

PREMIO NACIONAL DE LA JUVENTUD


Premio Nacional de la Juventud: suena como si se tratase de un programa asistencial de la Sociedad Civil.

Por: Bartolo Boyer Otaño

boyeregard@gmail.com

Opinión

Da la connotación en lo auditivo de ser un programa implementado por los llamados defensores de los valores y el desarrollo de cada joven del país, donde yace la esperanza de la nación como los nuevos forjadores del rumbo que tomara la Republica Dominicana en los venideros tiempos. Es posible que esperemos una fecha donde se recosen los meritos de quizás uno o dos de un montón de jóvenes capacitados para jugar el rol protagónico en cualquier bacante en el escenario publico o privado. La iniciativa del Ministerio de la Juventud, con su Ministro el licenciado Franklin Rodríguez, es tan sólo una eyaculación: para llegar ha concebir esa criatura que quiere ganar la carrera entre millones de espermatozoides; es igual el reto que enfrenta esa juventud valiosa que tiene por rosario tocar las puertas cada días, como amanece el sol, en los diferentes estamentos de nuestra nación. Una juventud que sólo crecer en el seno de un país, donde las oportunidades tienen nombres y apellidos, es muy probable que ese espermatozoide que esta dentro del ovulo, aún les falte la peor parte, es que su madre le permita conocer la luz del mundo; es que la Sociedad Civil, llámese el empresariado, los religiosos, estudiantes, profesores, profesionales, empleados públicos y privados, artistas, el presidente de la Republica, los medios de comunicación, todos entendamos que la población joven es quien esta llamada a ocupar el primer orden en la vida publica.

Una solo golondrina no hace verano: pero es la motivadora y la exploradora del espacio exterior y forja la iniciativa de quienes se presentan tímidos a la hora de invertir la confianza en los proyectos juveniles.

¿O es que el mercado sólo acepta consumidores? ¿Y prohíbe el fomento de pensadores? Estamos pescando en un rio, donde hay muchos pescados; pero estamos echando la pesca en un saco roto. Y los peses están volviendo de nuevo al mar.

El protagonismo es el factor principal para enarbolar las ideas, e inquietudes ficticias en las mentes de representantes de sectores partes de un sistema anglosajón, donde el escenario es una oportunidad para robarse el show.

Lo mismo ocurre en organizaciones políticas, y el sector privado, donde albergan personajes de larga data de servicios; pero se reúsan a dar la oportunidad como una vez lo hicieran con ellos. En nuestros campos hay jóvenes esperando con un titulo de contable colgado en la sala de su casa; en las provincias, en las ciudades, en los barrios, callejones, a orillas de cañadas y de ríos, en las cárceles.

Hasta que los dominicanos no entendamos el valor que poseen los jóvenes de nuestra tierra, seguiremos buscando titulares en los principales diarios del país, en alegoría de querer poner un granito de arena a una causa que es nuestra obligación como un ente social.

Quiero hacer un paréntesis: y solidarizarme con la colega cubana, Yoani Sánchez del periódico El País, de España, del día de ayer 31 -1-2012, donde la joven periodista presenta el caso de un joven de 31 año de edad, llamado Wilman Villar Mendoza, un tallador en madera de acacia, que se ganaba la vida haciendo flores para venderlas a los turistas que visitan la Isla de Cuba.

Según cuanta Sánchez, el 14 de noviembre de 2011, el joven fue detenido por militares del régimen castrista, y posteriormente sentenciado a cuatro años de prisión, por una supuesta pelea domestica en la casa del albañil, entre el y su esposa.

Mendoza opto por una huelga de hambre como represalia por su indignación por los maltrato que recibía, en la en la cárcel; esto lo llevo a la muerte. Sus últimas palabras “¡Libertad o muerte!”.

En septiembre del 2011, se unió al grupo opositor Unión Patriótica de Cuba. Para la propaganda oficial se trataba de un delincuente común que incluso había golpeado “brutalmente” a su esposa en julio del año pasado. Pero demasiados testimonios incluyendo el de su propia mujer apuntan a que tales insultos solo tratan de matar su imagen una vez fallecido su cuerpo.