¿…?
¿…no me dices tu nombre… pero sé que te conozco?
Carta de mi Baúl
Por: Bartolo Boyer Otaño
boyeregard@gmail.com
Las escenificaciones presentadas el pasado domingo 27 de enero, en la Casa Nacional, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con carácter de actos vandálicos nos presenta un panorama vergonzoso, el cual podríamos estar esperando en los tiempos venideros como resultado de la hegemonía que persiste en los senos de los partidos mayoritarios, que ocupan el protagonismo en la republica dominicana.
El
autoritarismo fue uno de los factores de la inestabilidad política de la Segunda
República esta representada por la Sociedad, empezó con la restauración del
país en 1865 y culminó con la intervención estadounidense en 1916.
En el
periodo de la Segunda República sigue la pugna, ahora entre el último gobierno restaurado
por Antonio Pimentel, quien se negaba a gobernar desde Santo Domingo,
como lo mandaba el Congreso, y José María Cabral, quien tuvo que comandar desde Santo Domingo, respondiendo a la no diputación de Pimentel. Cabral logro quedarse con el poder
total y remodelo la constitución.
El
gobierno de Cabral, los partidos de colores se hicieron dueños del escenario
político siendo estos: Rojo y Azul, siendo el rojo al mando de Buenaventura
Báez, y el partido más poderoso quien gobernó por seis años.
Luego
durante los años siguientes hubo una sucesión de gobiernos hasta 1887, cuando comienza la
dictadura de Lilís, que duró hasta 1889.
Debe
servir de ejemplo, lo acontecido en la organización política, con antecedente histórico
de forjadores la democracia y opositores de las tiranías, para los demás partidos políticos, que no dan
oportunidad a los nuevos relevos cargados de liderazgos que esperan por la oportunidad
de ser tomados en cuestas en las estructuras orgánicas de las parcelas
políticas.
No caben dudas que los reflejos de las secuelas que por años consumen la
solidez del liderazgo del partido blanco, son en gran manera las causas del
deterioro y la transformación de un partido de masas, aun partido minoritario.
Queda
en las estrategias o en la inteligencia de quienes se tienen por
líderes en los diferentes partidos políticos tomar las iniciativas y las medidas necesarias
en función de que cada miembro sea reconocido y se sopese su tiempo en la
organización y se le otorgue las riendas a nuevos carismas que se encuentran en
las diferentes organizaciones que representan el
poder político de la nación.
Todos
los partidos necesitan renovarse de cara al futuro que nos espera, nuevas caras,
nuevas doctrinas, nuevos rostros, nuevos libritos, nuevas filosofías, nuevos entornos
palaciegos y nuevas modalidades de conductas en los manejos del erario público.