miércoles, 30 de enero de 2013



                                                     ¿…?

¿…no me dices tu nombre…       pero sé que te conozco?

Carta de mi Baúl

Por: Bartolo Boyer Otaño
boyeregard@gmail.com

Las escenificaciones presentadas el pasado domingo 27 de enero, en la Casa Nacional,  del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con carácter de  actos vandálicos nos presenta un panorama vergonzoso, el cual podríamos estar esperando en los tiempos venideros como resultado de la hegemonía que persiste en los senos de los partidos mayoritarios, que ocupan el protagonismo en la republica dominicana.

    El autoritarismo fue uno de los factores de la inestabilidad política de la Segunda República esta representada por la Sociedad, empezó con la restauración del país en 1865 y culminó con la intervención estadounidense en 1916.

     En el periodo de la Segunda República sigue la pugna, ahora entre el último gobierno restaurado por Antonio Pimentel, quien se negaba a gobernar desde Santo Domingo, como lo mandaba el Congreso, y José María Cabral, quien tuvo que comandar desde Santo Domingo,  respondiendo a la no diputación de Pimentel. Cabral logro quedarse con el poder total y remodelo la constitución.

      El gobierno de Cabral, los partidos de colores se hicieron dueños del escenario político siendo estos: Rojo y Azul, siendo el rojo al mando de Buenaventura Báez, y el partido más poderoso quien gobernó por seis años.

       Luego durante los años siguientes hubo una sucesión  de gobiernos hasta 1887, cuando comienza la dictadura de Lilís, que duró hasta 1889.

      Debe servir de ejemplo, lo acontecido en la organización política, con antecedente histórico de forjadores la democracia y opositores de las tiranías, para  los demás partidos políticos, que no dan oportunidad a los nuevos relevos cargados de liderazgos que esperan por la oportunidad de ser tomados en cuestas en las estructuras orgánicas de las parcelas políticas.         

        No caben  dudas que los reflejos  de las secuelas que por años consumen la solidez del liderazgo del partido blanco, son en gran manera las causas del deterioro y la transformación de un partido de masas, aun partido minoritario.

         Queda en las estrategias  o  en la inteligencia de quienes se tienen por líderes en los diferentes partidos políticos  tomar las iniciativas y las medidas necesarias en función  de que cada  miembro  sea reconocido y se sopese su tiempo en la organización y se le otorgue las riendas a nuevos carismas que se encuentran en  las  diferentes organizaciones que representan el poder político de la nación.

         Todos los partidos necesitan renovarse de cara al futuro que nos espera, nuevas caras, nuevas doctrinas, nuevos rostros, nuevos libritos, nuevas filosofías, nuevos entornos palaciegos y nuevas modalidades de conductas en los manejos del erario público.