viernes, 20 de junio de 2014



                      “Nublado de espanto…”
        ¿Dónde vivirán los que no pudieron nacer…?


Por: Bartolo Boyer Otaño

Historia Ficticia
Confesiones de un Feto…


El mundo exterior crea sus propios depredadores… quienes“navegan en el planeta tierra, con el nombre de  
jinetes del Apocalipsis (ginecoobstetra), expertos en úteros y vaginas; muchas veces amparado en legislaciones…”  Yo soy un feto… y llegué a un cálido refugio, el cual hice mío, por ser una  morada fértil… pero, sin una razón para nacer… “llegas al vientre, y te arrancan la oportunidad de ser uno de ellos.
     Producto de un deseo, un arrebato de ganas, un sentimiento mutuo… en una alcoba de lujo… o de alquiler, o quizás, en el mismo lugar del un burdel… un espermatozoide ha logrado llegar hasta tu ser… ¡Ahora manda la incertidumbre…! La que se apodera de tu mente, y de las ganas del placer… ¿Quién tiene la culpa? Es un problema… desásete de él… y pienso… ¿Es quién me engendró… quien habla de mi ejecución…? ¿Quién pide que me liquiden sin compasión? ¡A caso no saben que siento y escucho, todo cuanto se dice de mí…! ¡Oye mercenario…! Se que soy sólo un feto, pero tengo  mis derechos; acaso es, que este señor no conoce de leyes… ¿Qué dice en la Constitución de la República Dominicana en el Artículo 37, sobre el Derecho a la vida?: El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte.
   ¡Que padre me gasto…! Entonces en un momento de quietud, pensé dije: ¡Eh! ¡Eso importa poco para él…! ¡Porque la verdad es, que se trata de un señor casado por la iglesia, y con una familia de seis miembros… ese señor de muy buena reputación tiene mucho que perder… si por desgracia de la vida, yo, el feto, llegase a nacer.
     Soy un feto, lo sé… pero, ¿qué  mal les he hecho a la vida… si ni siquiera he visto la luz del mundo…?  Y fue entonces donde comenzaron los bombardeos… de medicamentos para lograr la eliminación de mi existencia, todos los intentos fueron  estallidos fallidos, inútiles deseos criminales que acabaron en lágrimas de desesperación… primero fue una inyección, pero no funcionó, a la semana siguiente, mandaron dos capsulas explosivas… (Patillas), pasé hambre esos días, pero no ingerí nada de los alimentos que ingería la dueña del “búnker…” (Vientre), donde fue arrojado por un momento de erección, plagada de embriaguez.
Soy un feto, lo sé… ¡pero es justo que el premio que recibo por haber logrado llegar y cruzar  la frontera del útero… sea una casería infernar, de mi diminuta vida…! Sigo con vida… por igual, sigo siendo un problema para el funcionario del gobierno estatal… (¡Me cuentan la vida por semanas…! ¡Y yo escucho sus planes…! Amenazas, explicaciones, detalles, causas, desgracias y       consecuencias, ¡que ocurrirán dizque…! Si yo llego a cumplir ocho meses y me convierto  en un porvenir… (Bebé).
Soy un feto, lo sé… ¡Es extraño! Pero aun no sé porqué me quieren destruir… 
Eran las 3:00 de las madrugadas cuando sentí gemidos, turbulencias  de lágrimas… recuerdo que esa noche llovía sin parar, relampagueaba y tronaba, pensé en el “diluvio de Noé…”, pero cuando llegó la calma, mi mundo estaba peor… sentí que yo, el feto… (Embrión), era el culpable… de todo el sufrimiento por el que atravesaba la joven de  17 años de edad, amante de un influyente empresario y funcionario en un “país (X…), donde se cumplen las leyes…” yo dormía pero tanto alboroto, me despabiló (despertó), mi refugio (mi madre), prendió la luz de la habitación donde dormíamos… y fue hasta el espejo. Una vez allí, se miraba el rostro, y acariciaba su vientre… (Donde yacía el feto. O sea yo, el problema…), no sé de donde llegaron a mis ojos lágrimas, pero, puedo decir que no se sabe con esa actitud, cual de los dos lloró más de Ella y yo en sus entrañas…
   Soy un feto, lo sé… pero también nosotros los que no tenemos las culpas de nada… sentimos cuando nos rechazan, cuando nos culpan de los problemas de los adultos, cuando nos tomas como pretexto para justificar aberraciones hereditarias de terceros…  Soy un feto, lo sé… ¿Cuántos más tendremos que morir…? Conozco de muchos hermanos que han muertos en masturbaciones… motivados por la infidelidad… de quienes antes la sociedad son los “ejemplos: a seguir…”,  “ocultados en las cortinas”, de la doble moral… tal ves digo lo que no quieres escuchar… pero soy un feto… y como tal… se supone que no tengo derecho a opinar…
   Soy un feto, lo sé… ¡Pero tengo vida y quiero nacer…! ¡De pronto algo se oscureció la esperanza de llegar hasta la vida, estaba en peligro…! Sentía que seme escapaba el oxigeno, y yo llevaba mi cuenta: mi edad era de veinticuatro (24), semanas, unos 6 meses…así que no era mi tiempo… algo estaba mal; ¡de repente! Oí una voz que decía a mi progenitora (mi madre), que despertara que estaba en el hospital… era la madre de la joven embarazada, y quien  había tomado la decisión de cortarse las venas… por haber fracasado en los intentos de abortarme (a mí al feto…)
Por un momento sentí que estaba muerto… pero una luz divina, me retornó el aliento… no podía decir lo mismo del “baúl que me guardaba”, (el vientre de la joven), Ella no respondía, y fue entonces cuando escuché decir a los sanguinarios (doctores), que la joven había sufrido un envenenamiento y un intento de suicidio a la vez, contando sus venas… y que de la única forma  que Ella podía salvar su vida, era si se le practicaba un aborto…. Porque según ellos (los médicos), ya la  criatura estaba muerta.
    Soy un feto, lo sé… pero aún siento un embrión, pertenezco a la especie… una erección  produce un espermatozoide, osea, soy yo, el feto... no una simple oxitocina. Y por tanto merezco respeto; ¡digo yo…!
     Los carniceros  ¡perdón!  Los ginecoobstetras me sacaron de una calefacción cómoda, para un habiente templado, cruel, despiadado para mi débil piel… y me envolvieron en unos trapos (sabana), como si yo fuera algo desechable… algo desagradable... algo impuro… de hecho, lloré pero sin éxito, porque no me hicieron caso… (Me ignoraron), hasta que llegó una viejecita con un turbante (una monja), y me puso debajo de dos bombillos… ¡pero dos benditos (bombillos…!), (incubadora), fui ahí, cuando deje de titiritar (temblar), por el frio que hacia el ese lugar que no quiero recordar…
  Lo más extraño de todo fue que nadie me reclamo… nadie me alimentó con su seno… no sentí calor de quien me tuvo en su vientre… si sé que Ella recobró su vida, también sé que mi padre es ahora un candidato a la presidencia de su país…
Apropósito del irresponsable, bastardo, cobarde, perverso y borrachón de quien me engendró, su nombre es: Carlos Cervantes Polonia (nombre ficticio), y su secretaria, su amante, su confidente, su cómplice, su refugio y su apoyo en cosas inmorales es: Lurden Canela Bisonó (nombre ficticio), mi madre; me dicen que Ella se hizo abogado, y que hoy día es, la fiscal general del país.
    Soy un feto, lo sé… pero les cuento: que sí logré llegar hasta la vida misma… fui adoptado cuando tenía un año de edad, por una pareja de jóvenes no videntes (ciego), de nombre: Yanet Salazar Portillo (nombre ficticio), y Daniel Toledo Jaramillo (nombre ficticio), ambos heredero de una fortuna de más de US$ 1,500,000,000 millones de dólares. Y de quienes soy sus ojos… soy su único hijo, y quien maneja todo lo legar de ellos.
   Por el tamaño y la forma en que vine a este al mundo irreal, los médicos y las enfermeras, me nombraron el Feto, que no es más que  un vertebrado vivíparo en desarrollo.                                                                                               Hoy tengo 25 años de edad; y mi nombre es: Feto Toledo Salazar (nombre ficticio), fui hasta la universidad y me hice licenciado en Comunicación Social (periodista).
    “Trabajando como reportero del portal laverdadenverdad.blogspot.com, tuve mi primera experiencia y fui a ese país (X), a entrevistar  al presidente de esa nación Carlos Cervantes Polonia (mi padre…), quien no me conoce, y a quien pregunté: Señor Presidente ¿qué piensa usted del tema del aborto? A lo que el contestó: “Es un criminal quien prohíbe a un niño el nacer…”  A lo que yo respondí: ¡Bien dicho papá…!

Soy un feto, lo sé… pero el alma del criminal no volverá  a nacer…