“Nublado de espanto…”
¿Dónde vivirán los que no pudieron
nacer…?
Por: Bartolo Boyer Otaño
Historia Ficticia
Confesiones de un Feto…
El mundo exterior crea sus propios depredadores… quienes“navegan en el planeta tierra, con
el nombre de
jinetes del Apocalipsis (ginecoobstetra), expertos en úteros y vaginas; muchas veces
amparado en legislaciones…” Yo soy un
feto… y llegué a un cálido refugio, el cual hice mío, por ser una morada fértil… pero, sin una razón para
nacer… “llegas al vientre, y te arrancan la oportunidad de ser uno de ellos.
Producto
de un deseo, un arrebato de ganas, un sentimiento mutuo… en una alcoba de lujo…
o de alquiler, o quizás, en el mismo lugar del un burdel… un espermatozoide ha
logrado llegar hasta tu ser… ¡Ahora manda la incertidumbre…! La que se apodera
de tu mente, y de las ganas del placer… ¿Quién tiene la culpa? Es un problema…
desásete de él… y pienso… ¿Es quién me engendró… quien habla de mi ejecución…?
¿Quién pide que me liquiden sin compasión? ¡A caso no saben que siento y
escucho, todo cuanto se dice de mí…! ¡Oye mercenario…! Se que soy sólo un feto,
pero tengo mis derechos; acaso es, que
este señor no conoce de leyes… ¿Qué dice en la Constitución de la República Dominicana
en el Artículo 37, sobre el Derecho
a la vida?: El derecho a la vida es
inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse,
pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte.
¡Que padre
me gasto…! Entonces en un momento de quietud, pensé dije: ¡Eh! ¡Eso importa
poco para él…! ¡Porque la verdad es, que se trata de un señor casado por la
iglesia, y con una familia de seis miembros… ese señor de muy buena reputación
tiene mucho que perder… si por desgracia de la vida, yo, el feto, llegase a
nacer.
Soy un
feto, lo sé… pero, ¿qué mal les he hecho
a la vida… si ni siquiera he visto la luz del mundo…? Y fue entonces donde comenzaron los
bombardeos… de medicamentos para lograr la eliminación de mi existencia, todos
los intentos fueron estallidos fallidos,
inútiles deseos criminales que acabaron en lágrimas de desesperación… primero
fue una inyección, pero no funcionó, a la semana siguiente, mandaron dos capsulas
explosivas… (Patillas), pasé hambre esos días, pero no ingerí nada de los
alimentos que ingería la dueña del “búnker…” (Vientre), donde fue arrojado por
un momento de erección, plagada de embriaguez.
Soy un feto, lo sé… ¡pero es justo que el premio
que recibo por haber logrado llegar y cruzar la frontera del útero… sea una casería
infernar, de mi diminuta vida…! Sigo con vida… por igual, sigo siendo un
problema para el funcionario del gobierno estatal… (¡Me cuentan la vida por
semanas…! ¡Y yo escucho sus planes…! Amenazas, explicaciones, detalles, causas,
desgracias y consecuencias, ¡que
ocurrirán dizque…! Si yo llego a cumplir ocho meses y me convierto en un porvenir… (Bebé).
Soy un feto, lo sé… ¡Es extraño! Pero aun no sé
porqué me quieren destruir…
Eran las 3:00 de las madrugadas cuando sentí
gemidos, turbulencias de lágrimas…
recuerdo que esa noche llovía sin parar, relampagueaba y tronaba, pensé en el
“diluvio de Noé…”, pero cuando llegó la calma, mi mundo estaba peor… sentí que
yo, el feto… (Embrión), era el culpable… de todo el sufrimiento por el que
atravesaba la joven de 17 años de edad,
amante de un influyente empresario y funcionario en un “país (X…), donde se
cumplen las leyes…” yo dormía pero tanto alboroto, me despabiló (despertó), mi
refugio (mi madre), prendió la luz de la habitación donde dormíamos… y fue
hasta el espejo. Una vez allí, se miraba el rostro, y acariciaba su vientre…
(Donde yacía el feto. O sea yo, el problema…), no sé de donde llegaron a mis
ojos lágrimas, pero, puedo decir que no se sabe con esa actitud, cual de los
dos lloró más de Ella y yo en sus entrañas…
Soy un
feto, lo sé… pero también nosotros los que no tenemos las culpas de nada…
sentimos cuando nos rechazan, cuando nos culpan de los problemas de los
adultos, cuando nos tomas como pretexto para justificar aberraciones
hereditarias de terceros… Soy un feto,
lo sé… ¿Cuántos más tendremos que morir…? Conozco de muchos hermanos que han
muertos en masturbaciones… motivados por la infidelidad… de quienes antes la
sociedad son los “ejemplos: a seguir…”,
“ocultados en las cortinas”, de la doble moral… tal ves digo lo que no
quieres escuchar… pero soy un feto… y como tal… se supone que no tengo derecho
a opinar…
Soy un
feto, lo sé… ¡Pero tengo vida y quiero nacer…! ¡De pronto algo se oscureció la
esperanza de llegar hasta la vida, estaba en peligro…! Sentía que seme escapaba
el oxigeno, y yo llevaba mi cuenta: mi edad era de veinticuatro (24), semanas,
unos 6 meses…así que no era mi tiempo… algo estaba mal; ¡de repente! Oí una voz
que decía a mi progenitora (mi madre), que despertara que estaba en el
hospital… era la madre de la joven embarazada, y quien había tomado la decisión de cortarse las
venas… por haber fracasado en los intentos de abortarme (a mí al feto…)
Por un momento sentí que estaba muerto… pero una
luz divina, me retornó el aliento… no podía decir lo mismo del “baúl que me
guardaba”, (el vientre de la joven), Ella no respondía, y fue entonces cuando
escuché decir a los sanguinarios (doctores), que la joven había sufrido un
envenenamiento y un intento de suicidio a la vez, contando sus venas… y que de
la única forma que Ella podía salvar su
vida, era si se le practicaba un aborto…. Porque según ellos (los médicos), ya
la criatura estaba muerta.
Soy un
feto, lo sé… pero aún siento un embrión, pertenezco a la especie… una erección produce un espermatozoide, osea, soy yo, el
feto... no una simple oxitocina. Y por tanto merezco respeto; ¡digo yo…!
Los
carniceros ¡perdón! Los ginecoobstetras me sacaron de una
calefacción cómoda, para un habiente templado, cruel, despiadado para mi débil
piel… y me envolvieron en unos trapos (sabana), como si yo fuera algo
desechable… algo desagradable... algo impuro… de hecho, lloré pero sin éxito, porque
no me hicieron caso… (Me ignoraron), hasta que llegó una viejecita con un
turbante (una monja), y me puso debajo de dos bombillos… ¡pero dos benditos
(bombillos…!), (incubadora), fui ahí, cuando deje de titiritar (temblar), por el frio que
hacia el ese lugar que no quiero recordar…
Lo más
extraño de todo fue que nadie me reclamo… nadie me alimentó con su seno… no
sentí calor de quien me tuvo en su vientre… si sé que Ella recobró su vida,
también sé que mi padre es ahora un candidato a la presidencia de su país…
Apropósito del irresponsable, bastardo, cobarde, perverso
y borrachón de quien me engendró, su nombre es: Carlos Cervantes Polonia
(nombre ficticio), y su secretaria, su amante, su confidente, su cómplice, su
refugio y su apoyo en cosas inmorales es: Lurden Canela Bisonó (nombre
ficticio), mi madre; me dicen que Ella se hizo abogado, y que hoy día es, la
fiscal general del país.
Soy un
feto, lo sé… pero les cuento: que sí logré llegar hasta la vida misma… fui
adoptado cuando tenía un año de edad, por una pareja de jóvenes no videntes
(ciego), de nombre: Yanet Salazar Portillo (nombre ficticio), y Daniel Toledo
Jaramillo (nombre ficticio), ambos heredero de una fortuna de más de US$ 1,500,000,000 millones de dólares. Y de quienes soy sus ojos… soy su único hijo, y quien
maneja todo lo legar de ellos.
Por el tamaño
y la forma en que vine a este al mundo irreal, los médicos y las enfermeras, me
nombraron el Feto, que no es más que un vertebrado vivíparo en desarrollo.
Hoy tengo 25 años de edad; y mi nombre es: Feto Toledo Salazar (nombre
ficticio), fui hasta la universidad y me hice licenciado en Comunicación Social
(periodista).
“Trabajando
como reportero del portal laverdadenverdad.blogspot.com, tuve mi primera
experiencia y fui a ese país (X), a entrevistar
al presidente de esa nación Carlos Cervantes Polonia (mi padre…), quien
no me conoce, y a quien pregunté: Señor Presidente ¿qué piensa usted del tema
del aborto? A lo que el contestó: “Es un criminal quien prohíbe a un niño el
nacer…” A lo que yo respondí: ¡Bien
dicho papá…!
Soy un feto,
lo sé… pero el alma del criminal no volverá
a nacer…
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