Acuarela natural de la vida
Reflexión:
Nace el niño con dolor, ¡cómo puerta! el mundo con su luz en cruzijada; razón de más tiene su madre, para mirar con tristeza, los ojos inocentes de un corazón cayado. Pidiendo con su llegada que le entreguen el amor, un espacio está vació, el padre duda de él, es diáfano, es infantil, su nombre es “culpa”, inocente quiere ser.
Gritos de guerra acidó él, nadie tiene la culpa, de haberlo visto nacer, madre besa mis mejillas, más dolor no te daré.
¡Vida! ¿Porque golpea a mi criatura?, soy el mundo, fui creado por el amor, pero mis amo, me educaron sagaz, implacable, exigente, traicionero, pero sobretodo, economizador de las riquezas y la miseria de todos cuantos viven en mi territorio.
Yo soy “culpa”, viviré en el mundo, sin importar no contar con el cariño de mi padre, sin contar con el amor de los amos del mundo, soy inocente de las decisiones que toman los que habitan un espacio en el lindero, donde yacen crecientes de clamores, voz, que mueren en los suspiro de un cuerdo, que con su llanto clamaba sin descaso, el derecho de los inocente.
¿No hay espanto?, oscura está la madrugada, templado el tiempo pasa; fría, se siente el alma, cuando sólo hay diluvio.
¿A quién le debo las gracias?, ¡a mi madre que me tubo!, o ¿ha mi padre, que me negó el deseo de vivir?, doy las gracias, a Dios, que me recibió, me juzgo, me enseño, me comprendió, y me dio la libertad.
Reflexión:
Nace el niño con dolor, ¡cómo puerta! el mundo con su luz en cruzijada; razón de más tiene su madre, para mirar con tristeza, los ojos inocentes de un corazón cayado. Pidiendo con su llegada que le entreguen el amor, un espacio está vació, el padre duda de él, es diáfano, es infantil, su nombre es “culpa”, inocente quiere ser.
Gritos de guerra acidó él, nadie tiene la culpa, de haberlo visto nacer, madre besa mis mejillas, más dolor no te daré.
¡Vida! ¿Porque golpea a mi criatura?, soy el mundo, fui creado por el amor, pero mis amo, me educaron sagaz, implacable, exigente, traicionero, pero sobretodo, economizador de las riquezas y la miseria de todos cuantos viven en mi territorio.
Yo soy “culpa”, viviré en el mundo, sin importar no contar con el cariño de mi padre, sin contar con el amor de los amos del mundo, soy inocente de las decisiones que toman los que habitan un espacio en el lindero, donde yacen crecientes de clamores, voz, que mueren en los suspiro de un cuerdo, que con su llanto clamaba sin descaso, el derecho de los inocente.
¿No hay espanto?, oscura está la madrugada, templado el tiempo pasa; fría, se siente el alma, cuando sólo hay diluvio.
¿A quién le debo las gracias?, ¡a mi madre que me tubo!, o ¿ha mi padre, que me negó el deseo de vivir?, doy las gracias, a Dios, que me recibió, me juzgo, me enseño, me comprendió, y me dio la libertad.