Los intelectuales se turban por no aceptar la realidad
Por: Bartolo Boyer Otaño
boeregard@gmail.com
Opinión
La notoriedad en los avances de la ciencia ocupa un lugar preponderante en el plano terrenal; pero nuestro intelecto sólo alcanza a comprender lo visible y lo tangible, sin percatarse de que un mundo superior al terrenal posee la supremacía en un 99%, de la vida, el 1%, es el libre albedrío.
Es increíble saber que quienes se tienen por intelectos reciben mensajes divino y no pueden retenerlo porque son no vidente de lo real en un mundo irreal, el tiempo sigue su agitado curso y los eruditos califican lo inalcanzable en su posición de demencia.
No se puede exigir, el recibir una repuesta de confirmación de quienes no conocen el mundo real, sólo las perspectivas del consumo de la vida rutinaria. El enfoque de lo extra inusual, no les compete a quienes son sagas, en el manejo de pronósticos que presenta el panorama de actualidad.
En la Biblia el profeta, es el hombre usado por Dios, para hacer llegar sus decisiones al mundo y sus habitantes: pero de tiempos pasados el ser humano, rechazó creer y eligió vivir las realidades del momento. Es más facial para la carne subsistir sin las normativas del todopoderoso, que ve, y sabe lo que conviene y lo que es incorrecto con imagen de verdad.
Ya llegarán los momentos donde el inconsulto preste atención a los sonidos transmisores de mensajes poseedores de los cambios venideros en el mundo del aliento y la respiración, cuesta mucho tan sólo imaginar que un humano de igual condición corporal y natural, pueda ser el enlace entre Dios y el hombre.
Son pruebas hechas por el mismo creador, a sabiendas de que no pueden percibir los tiempos venideros por su incapacidad espiritual; pasarán desapercibidos los cantos de los cirineos, y los grandes jerarcas representante de los destinos en las naciones seguirán ignorando las profecías impuesta por Dios.
En las bocas de los irracionales vivirá el calificativo “locura” pero en su corazón estará latente un miedo interior de “presentimiento” que les acusará de ser propiciadores de mentiras, puestas en el ambiente, para tapar las incongruencias expresadas en un contexto de ignorancia.
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