por: Bartolo Boyer Otaño
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Opinión
Un líder verdadero no sólo es el que conduce a sus seguidores en el arribo del poder; sino el que valora la confianza depositada por sus ciudadanos y con ellos hace de su vida una familia en la nación, se trata de uno de los países más importante de América Latina, 29 millones de habitantes, en un sistema político democrático social; aún que 1980 no fuera unos de sus mejores años, por su inestabilidad política y social, alternada con altibajos financieros.
Creo en los relevos la historia de la República Bolivariana, en América del Sur, está marcada en antes y después de su Libertador Simón Bolívar, pero es bueno recordar que las leyes de la naturaleza impusieron un nuevo orden, en la mestiza nación, del general Marcos Pérez Jiménez; los tiempos son los jueces de los destinos de los pueblos en su cabalgar incensate.
Hugo Chávez, debió ir preparando un sucesor para los tiempos postreros; la situación de Cuba, no es más calamitosa, precisamente porque Fidel Castro, comprendió que como humano una mañana su cuerpo les diría que sus órganos necesitarían renovar su condición de cansancio; hoy el espejo de la realidad les presenta ha Chávez, un dilema, su mente empuja sus sentimientos y quisiera no pensar en que un día, su puño de hierro, se comvertirá en un puño de goma.
Los chamos, ansían conocer la salud del hombre fuerte de América del Sur, el mundo en sí, necesita saber del estado el cual se encuentra el presidente que ha sabido dar el espaldarazo ha una nación como Cuba; y es admirado por el mundo, por su gesto de solidaridad ante un pueblo cohibido comercial, económico y financiero por su verdugo los Estados Unidos, en 1961-2011.
Tiene realmente el mandatario de Venezuela un cáncer en proceso, o es una estrategia para escapar del asedió financiero impuesto por los Estados Unidos, como castigo a la desobediencia de Hugo Chávez, nunca oí de que un gobernante de la talla de Chávez, rehuyera ha enfrentar una situación de carácter estratégica y política.
A medidas que el tiempo pasa, se irá perdiendo en Venezuela, el respeto al líder Bolivariano, por dejar en tela de juicios los susurros de unos opositores ávidos de motivaciones para cargar con las consciencia de un pueblo enfocado en el futuro de su nación; esperanzado en los ideales de su máximo líder representado en el carácter simbólico de sus anteriores administradores públicos, como lo es el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías.
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