En el pasado todo queda, hasta las promesas
Reflexión:
En calma, en silencio, y en soledad ruge el pensamiento del hombre, buscando las razones del porque vivir. Nadie puede detener el tiempo, en las agujas de un Relo; es como trasladar el pasado al presente. Cautivo vivo soñando el sendero del amor, periferia sin distancia enmarcados en el sol. Mía, mía es la melodía entonado por el viento, lentamente cabalgan las nubes en el espacio del cielo, su anuncio es notorio guardado está en el suelo. Cambiando están las rosas, sus colores no irradiaran pues, nuevos tonos cautivan la seducción adolescente, de quien fuera romántica para amar. Hay noticias para el huerto, semillas frescas les sembrarán, penas sufren los sembradores ellos nunca cosecharán. ¿Dime hermano que te pasa, que el brillo de tus ojos opaco está, de seguro que en tu mente el diluvio te hace pensar?, ¿o es que mi madre ya no cree en mi papá?, si es así ¡pobre tierra!, sin consuelo dio sus frutos al forastero esperando las promesas de mojar su nacimientos en las aridez, de las llanuras. El ruiseñor canta en su mundo melodías con esperanza, nadie escucho por preocupaciones en el anden sólo hay cansancio. Ahora siento melancolía, con dulce fuego de inquietud, quien alcaza la buena suerte no recuerda donde habitó.
Reflexión:
En calma, en silencio, y en soledad ruge el pensamiento del hombre, buscando las razones del porque vivir. Nadie puede detener el tiempo, en las agujas de un Relo; es como trasladar el pasado al presente. Cautivo vivo soñando el sendero del amor, periferia sin distancia enmarcados en el sol. Mía, mía es la melodía entonado por el viento, lentamente cabalgan las nubes en el espacio del cielo, su anuncio es notorio guardado está en el suelo. Cambiando están las rosas, sus colores no irradiaran pues, nuevos tonos cautivan la seducción adolescente, de quien fuera romántica para amar. Hay noticias para el huerto, semillas frescas les sembrarán, penas sufren los sembradores ellos nunca cosecharán. ¿Dime hermano que te pasa, que el brillo de tus ojos opaco está, de seguro que en tu mente el diluvio te hace pensar?, ¿o es que mi madre ya no cree en mi papá?, si es así ¡pobre tierra!, sin consuelo dio sus frutos al forastero esperando las promesas de mojar su nacimientos en las aridez, de las llanuras. El ruiseñor canta en su mundo melodías con esperanza, nadie escucho por preocupaciones en el anden sólo hay cansancio. Ahora siento melancolía, con dulce fuego de inquietud, quien alcaza la buena suerte no recuerda donde habitó.
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