viernes, 23 de julio de 2010

Que el dialogó sea "con los Ojos verde"


Conflictos en la frontera

Opinión:


Santo Domingo-. Poco les deja el presidente de la Republica Dominicana Doctor, Leonel Fernández Reyna, a las autoridades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); la diplomacia de Fernández, lo ha llevado a ser el actor principal en los conflictos de la región. Sólo por un momento, pensemos en la catástrofe de nuestro vecino país, Haití, quien acidó escenario de la peor consecuencia jamás existida en un país, empobrecido. Fernández Reyna, sin escatimar esfuerzos les ha dado la vuelta al mundo en 80 días, para satisfacer las precariedades de una Nación, que por naturaleza es carente de sustentarse por sí misma. Ahora tiene que ser el arbitró de dos países unidos por una frontera, Venezuela y Colombia, el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y el presidente Alvaro Uribe, de Colombia, no pueden comer los dos en una misma mesa, ambos con ideologías políticas deferentes, pero siempre un interés de por medio. Nuestra Nación tiene necesidades tan prioritarias como los conflictos de intereses de mandatarios de otras Naciones. La Republica Dominicana, se encuentra en estos momentos en una delicada poción en materia de seguridad, a nivel gubernamental por la posición que han adoptado las autoridades en cuanto al crimen organizado se refiere, la participación y colaboración de Colombia, acidó muy tímida en cuestión de cooperación; el saneamiento de los poder judiciales en materia de legitimidad debe ser el inicio de la construcción de un nuevo código procesar penar en las Leyes de Republica Dominicana. Tenemos por experiencia lo que ha sucedido en otros países donde el narcotráfico es quien regula las Leyes de la Nación. Somos un país, con coraje nacionalista, las costumbre de otros países no pueden embriagar las ansias desbordantes de fortunas lavadas con sangre de inocentes, que sólo ven el presente sin pensar en el futuro. Los hijos aprenden los que los padres les enseñan con su diario vivir, los pensamientos de los que ven y callan, son los que producen el equilibrio del mañana.

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