“Orlando Martínez “un Archivo Muerto”(…), Que vivirás
por siempre…”
Por: Bartolo Boyer Otaño
boyeregard@gmail.com
Crónica
El 17 –de marzo de
1975, es el código de un archivo que tiene por nombre Orlando Martínez
Howley, ilustre periodista asesinado a
tiros en el año 1975 durante la época denominada "Los doce años"
(1966-1978). Con el doctor Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, como su presidente
y como el propulsor de los albergues o, nidos de? (…), “quienes ejecutaban ordenes provenientes de todas instancias de poder, del
entonces gobierno Rojo…”, Martínez, Fue director de la revista «Ahora» y
columnista del periódico El Nacional.
Esta jueves
20 de marzo, presencie un acto en el Senado de la República, en el salón polivalente,
donde este héroe fue objeto de un homenaje póstumo en sus 39 años de haber sido asesinado;
iniciativas ésta por el senador de la provincia
Espallat, José Rafael Vargas Pantaleón.
Debo confesar: que fue para mí un momento
de reflexión, al ver los rostros de tan reputados colegas, quienes fungieron en
un determinado momento de su vida, como los compañeros de ese joven de perfil caldeado por
los rasgos dominantes y seguro de sí mismo. Fue tanto así, que las balas que perforaron
su cuerpo (…), no pudieron detener los objetivos de sus ideales, por lo que propugnaba con su
entereza y demandas, con sus actitudes de valentía. (…) Y
en ciertas formas, con sus ejecuciones suicidas…
Orlando Martínez, no es un periodista caído
(…), sino que “es la antorcha que todo periodista comprometido con la verdad y
la defensa de quienes sucumben en sus intentos…”, debe elevar; para mantener en
alto, el nombre de quien con su vida, demostró que aún muriendo se puede
alcanzar ser el filo, de nuevos ideales…
A continuación… El último Artículo del periodista Orlando Martínez Howley.
¿POR QUE NO, DOCTOR BALAGUER?
Señor Presidente de la República,
ya que usted impide que un artista del prestigio y la calidad moral de Silvano
Lora viva en su Patria, ya que dejar en el extranjero a dominicanos le produce
placer o ganancias politiqueras, me voy a permitir hacerles algunas
recomendaciones.
Espero que sobre todo
medite la última.
Como usted ha dicho que en este gobierno, y parece ser
cierto, la corrupción sólo se detiene en la puerta de su oficina, ¿Por qué no
saca de la República Dominicana a todos esos corruptos?
Como aquí existe una
galopante inflación de delincuentes sin uniformar y, según usted, también uniformados, ¿por qué
no les ordena a los calieses del régimen que los apresen y los metan en un avión?
¿Por qué no les dice a los
genízaros que prestan servicio en el aeropuerto que apresen no a los que traen
cigarrillo de marihuana, sino a los pejes gordos del tráfico de drogas?
¿Por qué no manda al exilio
a los que reciben comisiones para negociar contratos que entregan nuestras riquezas a las compañías multinacionales?
¿Por qué no instala en un barco
a los latifundistas, a los que están negados a que este país salga del
subdesarrollo y de la situación de miseria colectiva que lo acompaña?
¿Por qué no entra en ese
mismo barco a quienes en la ciudad son el soporte ideológico de esos terratenientes? Y también a quienes son el
sostén armado, los que dan palos, apresan y torturan campesinos que luchan por
sus derechos.
Como usted es enllave de los norteamericanos, ¿Por
qué no le solicita un portaaviones para enviar al lugar que fuese a los numerosos
calieses que viven del trabajo del pueblo? En caso de que su amistad con los
Estados Unidos sea más estrecha de lo que sospechamos, ¿Por qué no le pide al
Pentágono un cohete último modelo con el objetivo científico de crear una
colonia de calieses en la luna?
¿Por qué no desaparece de
la vista de los dominicanos honrados, que son la mayoría, a todos los vagos que
en este gobierno cobran sin trabajar?
¿Por qué, tómelo en cuenta, no deposita en un
cómodo asiento de primera a los funcionarios irresponsables que se las dan de
Fouché contemporáneos y a la hora de la responsabilidad no dan la cara?
Y mi recomendación final:
Si es inevitable que esta
situación continué, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como
el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿Por qué, doctor Balaguer, no se
decide usted a subirse en el avión o el barco y desaparece definitivamente de
este país junto a todos los anteriormente mencionados?
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