Opinión
Cuantos Juan el Bautista, caerán en los filosos machetes o guillotinas de quienes entienden que la nueva modalidad en los asesinatos por decapitación, serán los mensajes para amedrentar los que intenten jugar con los negocios del crimen organizado; la Capital y Santiago están anidando un mal presagió, subestimar a quienes importan métodos sanguinarios es sumarse a los objetivos macabros de nativos segados por la ambición de la riqueza ilícita.
Poncio Pilato, Herodes, Filipo, Anás y Caifás, no tan en estos tiempos, pero retrocede cada días más la hegemonía alcanzada por quienes apostaron al regocijó del bienestar y la libertad que ofrece la democracia en un país subdesarrollado.
Ya es hora de ponerles un alto a quienes les prestan cobija a las basuras humanas de otras tierras; recibir oro con la mano derecha, para secarse las lágrimas con la izquierda.
Acaso esas organizaciones criminales no han asesinado funcionarios en sus países natales; no han acabado con familia enteras; no han matado jefe de policías, procuradores, fiscales, abogados, candidatos políticos, parece ser que nadie sabe eso; por eso es que aquí no se a levantado un frente de seguridad nacional.
Pero de seguro que cuando eso comience a ocurrir, el país comenzará a ejecutar estrategia con carácter de emergencia. Lo primero es lo primero y sí tu eres una piedra en el camino de eso sanguinarios tu surte puede que tenga un final trágico.
No se trata de simples atracadores, se trata de personas que su trabajo es decapitar personas, y hacer cumplir las leyes del bajo mundo del crimen organizado. Aún estamos a tiempo; de agarrar el toro por los cuernos, y deportarlo a su país.
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