miércoles, 16 de junio de 2010

Son siluetas,¡ Es Arena! ¿Es un Desierto? es la faena


Son siluetas, ¡Es Arena! ¿Es un Desierto? es la faena.


Trillando mi camino bajo el sol candente, cabizbajo miro hacia atrás, frente a mis pupilas puedo ver, un horizonte cargado de furia enrojecido por la aurora y su vestimenta camuflajeada del color de la eternidad. He decidido caminar, en mi mente el miedo están grande, retos ya, me esperan, pero voy a cabalgar. Un desierto no es el fin, en mi planes hay algo más, son siluetas a los lejos, no me voy a detener, huellas ya se observan en la arena donde nunca exploraron aventureros los sanguinarios naturales de la naturaleza humana. La sombra coquetea con el candente calor del desierto infernal, pero mis pasos aligero, que la noche me caiga atrás, a veces me detengo y me pongo a observar, donde he sufrido más, en la vida del desierto, o en la vida en la ciudad, sólo estoy pensando, así puedo avanzar, en arenas caliente y seca donde llueve sólo arenas de tormenta y tempestad.

Al fin, el cansancio logra el triunfo, y en ella caigo agotado, con deseo de descansar. Un sueño llega en mi estancia soñadora y me comienzo agitar, sueño que en el desierto una selva ahora está, ríos, lagos, pozos, norias, lluvia, fauna, animales, merodean buscando amistad. Que hermoso sueño, frutas a mi antojo, el pescado, de eso no quiero más, me baño cuando Yo quiero, el agua tengo de más, en mis labios no existe sed; que bueno que el hombre sabe, cuidar la naturaleza, fue una palabra que pensé. Me sorprendió la mañana, y el sol golpeó mi débil piel, comencé abrir los ojos entre arenas, sed, y estropeo, me senté en una loma amistad del cruel paisaje, y comencé ha contemplar, que contraste, mi gran sueño y mi pobre realidad.

En mi mundo ya no hay huesos, todo es carne y vanidad, la faena, no te exige no importa cual sea el precio el que tenga que pagar. El desierto es mi vida, ya no hay vuelta atrás, caminar, caminar, caminar, que gran dicha, somos hombres pensadores, apto hasta para gobernar, pero su misión en este mundo es destruir y no pensar. Cuando ya, no exista nada entonces querrán pagar los daños que fueron hechos con palabras de promesa que en las arenas quedarán.