Los diputados que no querían
escuchar...
AMANTES DEL MERIDIANO
Habla Faride Raful en el Congreso. Se le oye enfática y concentrada. Está
tratando de que su preocupación y su alarma sean escuchadas. Pero sus señorías están
en otra cosa. Unos mastican, otros compadrean, ‘este pasa su brazo por encima
del hombro del amigo, aquel deambula por detrás de la oradora… Les da igual.
Ningunean a la oradora. Sus señorías no necesitan oír, ya saben qué deben
votar. No están ahí para ejercer su mandato de control del Ejecutivo. ¿Analizar
la política de endeudamiento incontrolado del gobierno? ¿Cuestionar los efectos
de seguir agrandando la deuda pública? ¿Procedimientos? No; sus señorías son un
sello gomígrafo. Hay sellos más baratos en el mercado. Da vértigo, el monto de
la deuda. “Es manejable”, dicen los empleados del gobierno. Pero las alarmas
suenan hace tiempo, más fuerte con cada préstamo firmado, con cada dato sobre
el porcentaje del presupuesto que hay que destinar a pagar intereses. El último
en
hablar ha sido lntec. No importa, nadie escucha al otro lado. Sus señorías seguirán
aprobando y con cada nuevo préstamo, el vídeo de Faride Raful ignorada
ostensiblemente por el resto de sus colegas volverá a hacerse viral en las
redes. Un hombre entra a un banco y sale feliz porque tiene un millón de pesos.
Pero no lo tiene: lo debe. Y con intereses. Porque el logro no es endeudarse,
siempre van a aparecer bancos e instituciones que presten al gobierno
dominicano, el de las vertiginosas cifras de crecimiento. El problema es pagar.
Y cuando el invento explote, los que nos asfixiaron a préstamo limpio ya estarán
en su casa, satisfechos. Con el deber cumplido. IAizpun@diariolibre.com
Fuente: Diario Libre METRO
Fecha: 21/12/2017.